Seguidores

martes, 3 de abril de 2012

HUIR AL MAR

Ataste tus cabos en mi vela,
y no tengo mar donde navegar,
arrancaste la proa de mi barco,
y no tengo motivos para naufragar.

¡Dejad que su espuma me purifique,
dejad que sus aguas me bañe,
dejad que su sal me corroa,
dejadme huir de esta cárcel!

Mientras, dinamita interminable,
infinito dolor y deseo que explota,
aguarda a que me cubras con tu manta,
mientras que tu presencia me alborota.

Dejad, por favor, unirme a mi sangre,
dejad que fluya por mis entrañas,
y que no deje de sangrar esa transparencia;
mi alma, mi razón, ¿me amantarás con tu manta?

No hay comentarios: