Cielos cubiertos. Mantos de algodón.
El aire los exprime, ellos tapan el sol,
la luz hace callar, días tristes, alcohol
comparado con llantos...pésimo color.
Días ahogados por lágrimas y dolor,
predomina del silencio su hedor...
en prisiones de nieblas se oculta el sol,
y la noche se subleva ante la ausencia de su señor.
El día calla. Hoy el ocaso desapareció.
La monotonía a la belleza desgarró,
en una lid perfecta la gota le derrotó,
tan escurridiza...tan cómodo era el sol...
Y aún así en su monotonía,
la lluvia encierra su hipnótico misterio...
el alma de la salvaje naturaleza.
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