Melancolía, veraniega, pero ya se acerca,
una nueva estación de las castañas,
de árboles de oro, un aviso,
de hibernación; una despedida del calor.
Una despedida, de momentos bajo el ardiente sol,
una despedida de la vida del vago,
y una bienvenida al arte de conocer,
a dejar, la cama a un lado, a un repentino desperezo.
Un sol sin excesivas llamas,
y una luna estrellada.
Viento de poniente, corriente sin amor al baño,
peces, que después de un atacado verano,
se rinden ante la calma y la soledad humana.
Lágrimas, llenas de melancolía,
y sonrisas, llenas de amistades y retos.
Esto sigue siendo verano,
pero en un mañana, se nos escapará de las manos.
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